Una tarta realmente rica, sabrosa, realmente fácil de hacer y súper esponjosa. En esta ocasión le quise poner una cobertura de chocolate blanco porque era la tarta de cumple de mi sobri pero la próxima vez seguramente la deje simplemente con la mousse, ya que quedaba preciosa y además es una forma para aligerarla.
Como os comentaba, esta fue la Tarta de cumpleaños de mi sobrino Sergio, y su postre preferido es el helado tipo polo de vainilla cubierto con chocolate blanco, por lo que intente plagiar justamente eso pero en Tarta, y el resultado una delicia, mucho más rico que esos polos y más si utilizamos un buen chocolate blanco.
Aquí tenemos los ingredientes:
Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos un molde desmontable (el mío de 18cm de diámetro) el cual la base extenderemos un poco de mantequilla (hay que tener en cuenta que si utilizamos un molde más grande, habrá que incrementar las cantidades).
Trituramos las galletas con cualquier robot de cocina y mezclamos con la mantequilla que estará a temperatura ambiente.
Ponemos la mezcla en la base del molde y ayudándonos con una cuchara la esparcimos por toda la superficie que quede uniforme, teniendo especial cuidado en los bordes tienen que estar bien firmes y prietos.
Horneamos la base 10 minutos. Reservamos y dejamos enfriar. La galleta tiene que estar completamente fría antes de añadirle el mousse.
Troceamos el chocolate blanco (cuánto más pequeños sean, mejor). Reservamos.
Ponemos la leche a calentar junto la vainilla y cuando empiece a hervir retiramos del fuego y añadimos la hoja de gelatina bien escurrida del agua. Mezclamos bien para que se deshaga en la leche caliente.
Mezclamos con unas varillas el chocolate blanco junto a la nata hasta que se haya fundido el chocolate y tengamos una mezcla fina, sin grumos. Reservamos
Ahora montamos la nata, no hace falta que lo este en exceso, medio liquida medio montada y cuando la mezcla de chocolate y leche esté tibia, incorporamos la nata montada con movimientos envolventes.
Bordearemos nuestro molde desmontable con papel de acetato, en caso de que no tengas, puedes poner por los bordes un poco de mantequilla y a la hora de de desmontarlo, previamente le pasaremos con cuidado y suavidad un cuchillo alrededor para que quede lo más liso posible.
Rellenamos con nuestro mousse de chocolate blanco y nata y congelamos un mínimo de 8horas. Os dejo una foto de la Tarta Mousse tras 8 h en el congelador y sin haberle añadido la cobertura:
Aquí tenemos los ingredientes de la cobertura:
Hervimos la nata y vertemos sobre ella el chocolate blanco troceado hasta que se derrita por completo. Reservamos.
Hidratamos la gelatina en agua fría.
Añadimos la gelatina escurrida e integramos mezclando bien.
Esperamos a que la cobertura temple, a unos 30ºC.
Una vez a esta temperatura, sacamos la mousse del congelador y la colocamos en una rejilla con una fuente debajo para recoger el chocolate sobrante.
Bañamos la mousse congelada con la cobertura.
Decoramos colocando los filipinos en el contorno de la tarta y sobre ella he combinado oreo de chocolate blanco, filipinos y bombones belgas.
En mi caso la he mantenido en el congelador para que no perdiese su textura de helado.
El resultado una exquisitez!!!!
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